Suavecito, fuiste casi imperceptible, sin prisas de a poquito Colocaste tu bandera inamovible, suavecito, fuiste tan demoledora, pasito con pasito, tu paciencia arrolladora me salvo, suavecito.
Me aceptaste como un cero izquierdo y sin valor, me peleaste sin nada a tu favor, con la suavidad con la que se mueve un rumor, con el paso de un anciano, con paciencia de artesano,
me salvaste, suavecito...